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miércoles, 31 de diciembre de 2014

LAS ENFERMERAS, LAS RUTINAS Y YO




Tengo internación domiciliaria las 24 hs. Para ello cuento con 4 enfermeras


que se van rotando con turnos de 12 hs. Se ocupan de asistirme y compensar absolutamente de todas mis carencias físicas, pues padezco la Esclerosis Lateral Amiotrófica. La pongo con mayúsculas dado que es una patología que hay que respetar. 



Son muchas las horas que estamos juntos, por lo tanto se genera un vínculo muy estrecho,  y esto me llevó a querer compartir con ustedes la siguiente reflexión. 

Las rutinas. Qué tema! Sin embargo es interesante ver el valor que ellas tienen y cobran sobre nuestras vidas. Ya desde muy chicos renegamos sobre el acoso permanente de las rutinas, la repetición necesaria de actos y actividades para ordenar nuestras vidas. Cuántas veces hemos escuchado a nuestros niños decir  ”ufaa! Otra vez, esto me aburre” Y aun de grandes nos pasa esto, nos quejamos permanentemente de la rutina, tener que ir al trabajo todos los días y allí volver a repetir nuestras obligaciones día tras día. Y así tenemos infinidad de ejemplos que no viene al caso contar ahora. 

Toda esta perorata viene a cuento, de que mis asistentes deben aprender de memoria la rutina para mi correcta atención.  Hasta los más mínimos detalles, desde la higiene, mis gustos personales, mi alimentación. Es decir, todo, todo lo que necesito para sentirme bien y tener la mejor calidad de vida posible. Ya  que es muy probable que en poco tiempo ya no pueda hablar y poder dar las  indicaciones, ”Gabriela , por favor enderézame los dedos de la mano, que así doblados me duelen…” Ella debe saber, que este aparente pequeño detalle forma parte de la rutina, que mi mano siempre debe estar apoyada con los dedos extendidos… Aprenderse de memoria la rutina, ¿Por qué?? Muy simple, para sentirnos bien. Tanto la enfermera como yo. Realizar correctamente la rutina, descansa nuestra mente,  justo lo  contrario a la improvisación que solo trae preocupación e intranquilidad, y nos quema el cerebro. Dominar la rutina solo trae beneficios. Hasta nos permite pensar, escuchar música, la radio y tantas otras cosas.  Si mi enfermera cumple con la rutina y respeta todos los pasos, su paciente es feliz, pero ella también lo es!. Esto solo enriquece la relación y la convivencia. 

Y otro aspecto en el que hago mucho hincapié con las chicas, es en la empatía y que sean pro activas. Que de alguna manera, en lo posible, intuyan o sospechen lo que me haga falta y sepan ponerse en mi lugar. Tengo buenísimas enfermeras con las cuales ya tengo una excelente sincronía, y el resultado es ni más  ni menos pasarla bien y ser un poco más felices con muy poco. 

También, bien cierto es,  que cuando una se va, bien formada, que entiende bien el trabajo en la atención de un elático, no la paso bien, se va una persona con un valor agregado importante y entra otra… y volver a empezar. La ELA es una patología tan particular, tan especial que la enfermera aprende de ella con y junto al paciente. Es difícil, pero se puede. Hoy mi vida y mi bienestar mucho dependen de estas chicas, mis enfermeras.  Con la rutina bien aprendida, hasta  puede ser aburrida, pero alivia tensiones y preocupaciones. 

Paulo Coelho citaba  ”Aquello que llamamos rutina esta repleto de nuevas propuestas y oportunidades”. 

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