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lunes, 14 de diciembre de 2015

ADIOS ADAL QUERIDO AMIGO


ADIOS ADAL QUERIDO 
Estoy muy triste y quebrado, ha partido un compañero de trabajo, un amigo… un hermano. Me siento muy abatido, es mucho, son 35 años que ahora me parecen una quimera. No obstante es toda una vida, en la que hemos compartido muchas alegrías pero también muchos sinsabores y tristeza, momentos de felicidad y momentos de amarguras. Fueron 35 años. 

No pudo resistirse más a los tentáculos mortales del cáncer que sentenciaron su partida a un mundo mejor sin lugar a dudas. Fueron también algo más de dos años que la estaba peleando. Es que amaba la vida y se aferraba a ella con todas sus fuerzas. 

Pasaron nueve años cuando le confesé que tenía ELA, por supuesto la desconocía, a lo cual le expliqué en qué consistía, era a última hora y en las oficinas de la empresa, estábamos prestos a retirarnos. Una vez explicado, mi querido Adal, totalmente consternado se levanta del escritorio, me abraza… y lloramos. Yo estaba feliz en realidad pues me saqué un gran peso de encima. Y pude confiar mi problema a quién más quería. 

Parece que hubiera sido ayer, es que mi gran tristeza hurga en el baúl de los recuerdos, los recuerdos aquellos que tienen que ver con la riqueza de la vida. Cómo olvidar los veranos que compartíamos junto a nuestras familias las bien merecidas vacaciones en Villa Gesell . Cómo te gustaba el mar, querido amigo. Siempre eras el primero en entrar, aún cuando el agua estaba hecha un cubito por lo fría, nada te frenaba. 

Querido hermano, dejas un espacio, un vacío que nada ni nadie podrá llenar. Quién puede remplazar tu lealtad, honestidad y compromiso en nuestra empresa? Has sido un verdadero ejemplo para mí y creo para todos. 
A cada palabra, dejo caer una lágrima, estoy muy sensible, tu partida enlutó mi alma y el de mi familia, porque también ellos te querían mucho. 

Acá quedan tu hermosa hija Flor, fiel retrato tuyo y Fabi tu esposa que la peleó duramente hasta más no poder y hasta el último momento estuvo a lado tuyo. 
Dios te llevó consigo a su reino celestial, allí te encontrarás con tus padres a quienes tanto amabas. Que el Señor de los cielos te tenga en su gloria. Mientras tanto nosotros acá en este mundo, tardaremos en comprender que la vida continúa  . 
Que descanses en paz mi querido amigo. 

La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.  François Mauriac 

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