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Amigos,
amigas, hermanos en Cristo y a toda mi numerosa familia. A todos mis más
fraternales saludos.
El presente escrito lo
comenzaré con un Salmo, muy lindo por cierto, con el cual muchos nos
identificamos, “Será como árbol
firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y
su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera”. Salmo 1:3. Habla de nuestra
fe, nuestras convicciones, el andar por el buen camino, y que esto sólo trae bendiciones y beneficios
tanto materiales como espirituales. Y es un justo premio para todas aquellas
personas que hacen bien sus deberes en la vida. Entonces, ustedes con justa
razón se preguntarán, si es así ¿Por qué te has enfermado?, ¿Por qué Dios te
soltó y quitó su mano?, ¿Por qué justo a vos? o ¿Qué hiciste mal Horacio para
recibir semejante enfermedad?, y así otras tantas preguntas.
Se me hace difícil responder, no obstante el único que tiene las respuestas es
Dios mismo. Puedo esbozar alguna contestación. El mundo está lleno de
injusticias que son tapas de diarios
todos los días, y me digo, ¿quién soy yo para ser la excepción? Es
muy probable que Dios quiera enviar un mensaje a través mío, para testimoniar
mi lealtad hacia El aún en estas condiciones, diezmado por la ELA. Tal vez me
quiera utilizar como espejo ante los grandes laboratorios para que investiguen y
encuentren la solución o cura de la Esclerosis Lateral Amiotrófica. De hecho lo
estoy haciendo, escribiéndoles por mail, silenciosamente, pero sin resultados. No me contestan, soy un
poco iluso, ¿no?.
Asimismo, como todos los eláticos, somos un semáforo rojo y un alerta para
toda la sociedad, para nuestros familiares,
amistades, y hermanos de fe. Y es posible que Dios quiera decir a través
nuestro ¡por favor ustedes, bajen un cambio!, ¡abran
los ojos y mírense!, ¡vean lo mucho que tienen!, ¡valórenlo y sean agradecidos
por tantos beneficios, por la salud, por el aire, por el sol, por tener
trabajo, por los hijos…! En definitiva, Dios espera que no desviemos la
mirada hacia lo verdaderamente importante: la vida. Con todo lo que eso
conlleva.
Por otro lado, con la ELA he descubierto otros valores que
condimentan mi vida. Es probable que Dios, con esta enfermedad, me los haya querido mostrar de esta manera. Y
confieso que he encontrado algunos
aspectos en este mi diario vivir, y con
muy pequeñas cosas, el gusto por la lectura, la música, escribir (es palabra
mayor, sólo lo intento hacer) estar conectado con personas de todo el mundo,
muchos de ellos con mi enfermedad, disfrutar la compañía y el amor de mi
familia, del sol en el parquecito de mi casa,
y… sin mayores preocupaciones.
Mi único objetivo es pasarla lo mejor
posible y vivir el día a día. Así y todo desearía curarme, aún sigo teniendo esperanzas,
los milagros existen, en fin, será lo
que tiene que ser. Si esto ocurriera, sin dudas mi existencia no sería la de
antes. La esencia de mi carácter seguiría intacto, pero miraría de otra manera
algunos valores. Te quita tanto esta enfermedad, pero también cuánto te enseña!
Bueno mis estimados, gracias por estar y leer estas líneas,
espero me hayan comprendido. Y por favor
les pido, no tomen éstas líneas como algo depresivo y pesimista, sino todo lo
contrario, disfruten de la
vida y sean felices. Que aunque no parezca, yo lo hago todos los días.
Tengo una linda frase de Robert Kennedy
para compartir,” Cada vez que un hombre defiende un ideal,
actúa para mejorar la suerte de otros, o lucha contra una injusticia, transmite
una onda diminuta de esperanza.”
Horacio Fritzler.